el que cierra sus ojos vespertinos,
Figura pensante sonríe, y despacio
abre los brazos a tus descuidos.
Finge no conocerte ni oírte,
con un ingenuo silencio,
piensa en sentirte o vivirte,
y ocultar su corazón necio.
Finge olvidarte, descuidarte.
mira de costado los días,
olvida despertarte, en su juego dejarte,
y a su verdad, no temerías.
Vive adentro acomodado,
espera el valor de las letras,
de ese momento acallado,
y un alma rota penetras.
Te observa paciente y dispuesto.
Una charla infinita, una mente estrellada.
¿Qué pasa después de esto?
solo una paz desesperada...
M. Oskr